BRASIL. GOLPE CONTRA EL TRÁFICO DE PERSONAS. Se llama “Juega por la vida” la campaña que acaba de lanzar la Iglesia, en vista del mundial de fútbol

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Tráfico de personas, comercio de órganos humanos, prostitución inducida, explotación de menores… Todo esto se eleva a la enésima potencia cuando circula dinero en cantidades insólitas y cuando se concentran grandes masas de personas. Millones de aficionados esperan el mundial de fútbol de 2014, pero también la criminalidad organizada que prospera con el tráfico de seres humanos. La Iglesia lo sabe muy bien y se moviliza con sus organizaciones de base en todas las ciudades brasileñas en las que se concentrarán los eventos deportivos de la copa del mundo.

Este es el sentido de diferentes encuentros que se han llevado a cabo en estos meses bajo el ala de la Conferencia Episcopal de Brasil; el último de ellos contó con la participación de la Pastoral para los menores, el Instituto Santo Tomás de Aquino de los jesuitas de Belo Horizonte, la Universidad de Vale do Rio dos Sinos, la Cáritas Internacional y el Ministerio de Justicia.

La campaña de prevención y sensibilización ante la trata de personas, denunciada recientemente incluso por Papa Francisco, se llama “Juega por la vida”. Contará con material informativo que será distribuido en las estaciones de ferrocarriles, en los aeropuertos, en los estacionamientos, a lo largo de las enormes arterias urbanas, en las estaciones fluviales, y en los puertos.

Un folleto ofrecerá una serie de consejos que, según los promotores de la campaña, aunque sean pocos son de enorme importancia para prevenir la trata de personas en sus múltiples formas: desconfiar de las propuestas de matrimonio que ofrecen agencias y de las propuestas de trabajo que prometen ganancias rápidas y fáciles; no dar nunca los documentos de identidad personales a personas desconocidas o apenas conocidas; contar, durante los viajes al extranjero o largos, con una fotocopia de ellos autentificada; mantenerse en contacto constante con, por lo menos, un familiar o persona de confianza; indicar a los mismos los propios desplazamientos y la información indispensable para poder ser localizados.

Vatican Insider

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